**UNA NAVIDAD MAS**Ya se acerca la navidad, mis pensamientos vuelven hacia atrás, recordando mi carta al Niño Dios. La nostalgia en estas fechas me acompaña, es algo que no puedo evitar, mil sentimientos encontrados a mi mente vienen quisiera con infinita fuerza tratarlos de acomodar.
Me recuerdo escribiendo la clásica carta, dejarla con tiempo junto al pinito de navidad. Ese pinito era una rama seca, mis hermanos mayores con gran esfuerzo compraban algunas esferitas y le adornaban una serie de luces de colores, solamente eso se le ponía al pinito pero ese era nuestro pinito de navidad que con gran emoción mis hermanos solían adornar, para que nosotros los màs pequeños ansiosos colocáramos la importantísima carta al Niño Dios.
¿Saben que decía esa cartita? Les diré con exactitud cada palabra que yo plasmé, dejando que mis sueños y anhelos de niña escribiera con mucha ilusión y fe.
“Niño Dios”: Soy Lulù, me he portado muy bien a mis padres he obedecido, he comido mi plato de sopa, he dormido cuando mis padres me lo han ordenado por lo tanto una cosa, solo una cosa te voy a pedir, espero que no sea mucho pedir pero yo ansiosa la he de recibir. Quisiera de todo corazón y te lo pido con todas las fuerzas de mi ser, que entraras en el corazón de mis papitos para que se les borré de su mente la idea de quererse divorciar. ¡No lo permitas! regálales mucho amor para que se amen nuevamente que mi papá vea a mi mamá con ojos de enamorado, así como en las novelas. Pero que ya no le pegue màs. Al oír los gritos y los golpes, un gran temor se apodera de mí ser y yo solo me pongo a llorar escondida debajo de la cama por no poder ayudar a mi mama. ¡Solo eso te pido!
Se llegó la noche buena lo que pedí desesperadamente en mi carta no se cumplió siguieron los días y antes de que finalizará el año mis padres aun así se separaron. Es algo que de momento no pude comprender, han pasado los años y una gran tristeza viene a mi mente en estas fechas decembrinas, pues yo esperaba un milagro para mis padres., pero no fue así, se divorciaron y cada quien tomó su rumbo, nosotros nos quedamos con mi mamá y ella tuvo que trabajar lavando ajeno para sacarnos adelante, lo recuerdo y mis ojos se llenan de lagrimas, pero es algo que ni yo misma pude cambiar.
Hoy en día doy gracias a Dios por aun así guardar en mi alma el Espíritu navideño, a mis hijos les he dicho que es una bonita ilusión que debemos de guardar en el fondo de nuestro corazón, pues en estas fechas debemos de estar màs unidos, rodeados de mucho amor y regalando nuestras muestras de cariño a nuestros seres queridos.
Autor: **Lulù Hdz**
Monterrey, N.L.
Mèxico
